Los delitos informáticos se producen cada vez con más frecuencia en la sociedad, y en la mayoría de casos, las víctimas no cuentan con la información suficiente para no caer en ellos o para denunciarlos si se ven afectados. A continuación, repasamos cuáles son los tipos de ciberdelitos y te explicamos todo lo que debes saber para evitar estas infracciones. Si quieres ser un experto/a en este ámbito necesitarás adquirir una formación en ciberseguridad, que puedes realizar en nuestro centro formativo.
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¿Qué son los delitos informáticos?
Los delitos informáticos también se conocen como “delitos cibernéticos” o “ciberdelitos“. Para que se produzcan, es necesario que se utilice algún tipo de tecnología informática. Por lo tanto, un delito informático es aquel que tiene lugar utilizando la informática como medio o como fin para su comisión. Este tipo de actos delictivos es cada vez más habitual en nuestra sociedad, y muchas veces las víctimas no cuentan con la información suficiente para no caer en ellos o para denunciarlos.
Tipos de delitos informáticos
Los delitos en la red empezaron a tener lugar antes de que los sistemas jurídicos contasen con las herramientas necesarias para perseguirlos y castigarlos. En los últimos años se han establecido leyes y normas para la vigilancia, control, y persecución de este tipo de actividades. A pesar de ello, en ocasiones es complicado encontrar a la persona o personas que están cometiendo el acto delictivo. Pero la existencia de leyes al respecto permite, de todos modos, proporcionar una protección a las víctimas.
Existen varios tipos de delitos informáticos. Además, hay que tener en cuenta que no son inmutables. Por el contrario, la ciberdelicuencia cambia, se adapta a las nuevas circunstancias y desarrolla nuevos mecanismos para lograr sus objetivos. Cada año aparecen nuevos ciberdelitos y nuevos medios para llevar a cabo los ya existentes.
Estafas
Las estafas no son un delito nuevo que haya irrumpido en nuestras vidas con la aparición de las tecnologías de la Información y la comunicación. Sin embargo, las TIC han incrementando la tendencia, y quien más quien menos, ha recibido algún mensaje o e-mail sospechoso con este objetivo.
Robo de datos
Existen programas que se pueden emplear para acceder a los datos de una determinada persona, empresa, o institución. Las administraciones públicas y gubernamentales son especialmente sensibles a este tipo de delitos, y por eso cuentan con equipos para combatirlos.
Amenazas
Estas pueden ser realizadas por una persona completamente ajena con el objetivo de obtener algún beneficio, o por personas conocidas al margen de las tecnologías. En este último caso, las amenazas suelen ser una extensión de otros delitos producidos en la vida real.
Abuso a menores o pornografía infantil
Las tecnologías de la información y la comunicación han sido el vehículo utilizado por mafias y redes de abuso a menores para difundir sus contenidos. La policía cuenta con órganos específicos que se encargan de perseguir este tipo de delitos y eliminarlos de la red.
Sabotajes informáticos
En España, los sabotajes informáticos están muy extendidos, puesto que en más de alguna ocasión han sido sufridos por las administraciones públicas. Este tipo de delitos tiene como objetivo suspender la actividad de una compañía, organización o institución para causar perjuicios de tipo productivo o económico. En la mayoría de casos, resulta complicado dar con el culpable.
Ataques a la intimidad
Un ataque a la intimidad se produce al extraer información íntima de otros dispositivos o bien difundiendo datos de la intimidad de una persona que no estaban destinados para ese fin. Es un delito muy común en España, especialmente entre la población más joven, que desconoce el alcance y las consecuencias de compartir o difundir determinados contenidos privados.
Phising
El phising consiste en obtener, con engaños, la información bancaria de una determinada persona. Generalmente, se logra haciéndose pasar por el propio banco, de manera que la víctima aporta sus datos al considerar que está hablando con su entidad. Una vez obtenidos, se procede al robo.
Carding
El carding consiste en duplicar u obtener información de las tarjetas bancarias de las víctimas para acceder fraudulentamente a su dinero y llevar a cabo un robo.
Fraude
En ocasiones, los delincuentes aprovechan las posibilidades que ofrece Internet para robar la identidad de sus víctimas y llevar a cabo gestiones en su nombre, como la firma de créditos con plataformas de créditos online o la compra de productos.
Extorsión
Las grandes empresas y los organismos públicos sufren en ocasiones delitos de extorsión por parte de ciberdelincuentes. La extorsión consiste en pedir un beneficio a cambio de no atacar los dispositivos de la compañía en cuestión, o de no publicar datos críticos.
¿Cómo denunciar la ciberdelincuencia?
Como en cualquier delito, es posible denunciar la ciberdelincuencia ante las autoridades competentes, generalmente la policía. Es cierto que en muchos casos es complicado encontrar a la persona u organización criminal que se encuentra detrás del delito, pero denunciar ayudará a que las autoridades obtengan más información al respecto. Esto permitirá que las instituciones tengan una idea aproximada del alcance real de los delitos informáticos, así como de las principales técnicas empleadas para llevarlos a cabo.
Por lo demás, el proceso de denuncia de un ciberdelito es idéntico al de cualquier otro. Para llevarlo a cabo es necesario acudir a la comisaría de policía más cercana, donde se tomará declaración a la víctima acerca de los hechos y los daños sufridos. Una vez formulada la denuncia, se remitirá al juzgado competente y se realizarán todas las pesquisas necesarias para alcanzar al culpable. También es posible informar de forma anónima de cualquier tipo de delito, incluidos aquellos llevados a cabo por medios tecnológicos.
Dónde estudiar ciberseguridad en España
Teniendo en cuenta este panorama, no es de extrañar que cada vez más las empresas privadas y los organismos públicos necesiten expertos especializados en la prevención y defensa frente a los ciberdelitos. Es por esto que, en los últimos años, son muchas las personas que han decidido formarse en ciberseguridad y ofrecer sus servicios en un sector que está cada vez más en auge.
Si tú también quieres formar parte de este sector en expansión, podemos acompañarte. En Select Business School impartimos el curso de ciberseguridad y Big Data para formarte en ciberseguridad y cibercriminalidad, y proporcionarte otros conocimientos de interés relacionados con la delincuencia y las nuevas tecnologías, como el hacking ético o el análisis de datos.
El programa de formación en ciberseguridad de la escuela Select cuenta con 1500 horas de estudio y aprendizaje, se desarrolla completamente online y ofrece tutorías personalizadas para un mejor aprendizaje. Además, la titulación incluye una certificación universitaria internacional con el reconocimiento de 60 ECTS.
Con la llegada de las nuevas tecnologías y, en especial, del análisis de datos, se destacó la importancia de la seguridad en la red. Con el incremento de los delitos informáticos, además, la informática forense se encuentra en pleno auge. Es una disciplina compleja, de la que forma parte tanto la normativa legal como la investigación criminal.
Hoy en día tenemos a nuestra disposición una serie de herramientas que protegen nuestra información personal en la red. Antivirus, software variado de seguridad y otro tipo de sistemas informáticos. Todas estas alternativas forman parte de una disciplina que conocemos como informática forense. Esta se encarga de adquirir, preservar y proteger datos procesados de forma electrónica y almacenados en un medio físico. Los sistemas de información son investigados, de forma periódica, para detectar cualquier pequeña vulnerabilidad que pueda poner en peligro la enorme cantidad de datos que se procesan y almacenan cada segundo.
El carácter de la informática forense es preventivo. Mediante diversas técnicas, prueba que los sistemas de seguridad implementados son los adecuados. Además, también se encarga de elaborar las políticas de seguridad y de definir qué sistemas son los idóneos para cada caso.
La informática forense es una ciencia indispensable para todas las empresas, pues garantiza que la información confidencial y los datos de todas las personas que interaccionan con la compañía estén debidamente protegidos y fuera del alcance de los delincuentes de la red.
¿Qué conocimientos debe tener un informático forense?
El primer paso para realizar un análisis forense es la recuperación de datos, por ello es muy importante contar con las herramientas necesarias para poder recopilarlos todos. La informática forense está muy ligada a la comisión de delitos, por lo que se debe conocer la legislación vigente al respecto.
El profesional que se dedique a la informática forense debe conocer las diversas metodologías de análisis forense, así como la larga serie de procedimientos forenses y legales implicados en la seguridad de la red.
Para realizar dichos procedimientos, es necesario que los profesionales cuenten con un laboratorio forense equipado con todas las herramientas necesarias. Desde máquinas virtuales a servidores y hardware de adquisición de datos y almacenamiento, entre otros. Tienen que conocer al detalle los sistemas operativos que existen, por ejemplo Windows, Linux y Mac; así como los diversos tipos de redes existentes: ADSL, WLAN, 3G, Bluetooth, etc.
Por otro lado, la gestión de evidencias digitales es un aspecto importante que contribuye a la investigación y al posterior análisis. Los soportes que pueden contener dichas evidencias son tarjetas SIM de móviles, discos duros y archivos informáticos de todo tipo, entre otros. Además, cada sistema de ficheros, lo que conocemos por FAT, NTFS o ext4, tiene una estructura determinada. Conocerlos todos es fundamental para poder recuperar información y extraer la mayor cantidad de datos posible. La memoria RAM y los datos volátiles que desaparecen al apagar un equipo también son un foco importante de datos útiles. Por ejemplo, nos ayuda a detectar malware o las contraseñas de sitios web contenidas en el interior de la memoria. En los logs, además, podemos encontrar huellas de todas y cada una de las acciones que realizamos en la red.
El listado de herramientas y procedimientos que se deben conocer es muy extenso y exhaustivo. Además, dada la naturaleza de esta disciplina, es muy importante que los profesionales de esta rama se mantengan constantemente actualizados.
¿Alguna vez habéis hablado con un amigo o familiar y al poco rato os ha aparecido publicidad relacionada en Internet? Aunque aseguremos nuestros datos, las empresas nos rastrean y descubren nuestros intereses para venderlos a empresas de publicidad. Estas compañías, posteriormente, personalizan los anuncios que vemos en páginas web y redes sociales en función. A este hecho le llamamos huella digital, el rastro que dejamos en Internet al usar sus servicios y aplicaciones. Si a ti también te inquieta este campo tan “misterioso”, te recomendamos nuestro Máster en Analista en Ciberseguridad y Análisis de Información con Big Data.
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¿Qué es la huella digital?
Mientras hablas con tus amigos o familiares por chat, cuando usas Instagram o Twitter, cuando realizas compras por Internet… Todas estas acciones dejan un rastro. Al unir toda la información sobre tu actividad online se obtiene la huella digital. Es la suma de todo aquello que buscamos en Internet, que publicamos, compartimos y nos comparten. Es la recopilación de todos nuestros intereses y motivaciones en el entorno digital, de nuestras aficiones, gustos y preferencias. La huella digital es equiparable a la huella dactilar, que permite que seamos identificados de forma individual e inconfundible.
La información recogida sirve a las empresas para personalizar el contenido al que acceden los internautas. De la misma forma, también se vende dicha información a los grandes mercados. Los anunciantes, además, pueden seguir el movimiento del usuario a través de multitud de sitios web e individualizar la publicidad.
¿Cómo se obtiene la huella digital?
Seguro que, muchas veces, has aceptado las cookies de las páginas web que has visitado, así como los términos y condiciones de uso de todo tipo de aplicaciones. Cuando accedes, aceptas que estos archivosrecojan datos sobre tu perfil de usuario y los envíen a un receptor.
Para obtener la huella, debemos valorar aspectos como la resolución de pantalla, el sistema operativo o el modelo del dispositivo. Nuestro navegador, además, obtiene datos sobre el hardware que usemos en ese momento.
Por otra parte, también es necesario tener un registro de los datos o metadatos que compartimos en Internet. Estos datos pueden ser las direcciones de correo electrónico personales, nuestro número de teléfono, los nombres de usuario, los posts que publicamos o compartimos, los sitios web que visitamos, las compras que realizamos por Internet, los datos de geolocalización GPS del smartphone, datos de mensajes o llamadas telefónicas, fotografías y vídeos que tomamos… Posiblemente, uno de los datos más “turbios” es el acceso al micrófono de nuestros dispositivos y a los chats, pues pueden escuchar y leer las conversaciones que tenemos, así como monitorearlas.
Cuando se han recogido suficientes datos, estos se añaden a nuestro “perfil”, el que permite identificarnos en el entorno digital de la misma forma que lo haría la huella dactilar o el ADN.
Controversia respecto a la huella digital
Los gobiernos y otras organizaciones justifican el rastreo de datos personales como método para evitar el crimen y el terrorismo. Lo cierto es que la mayor parte de estos datos son vendidos a empresas con fines económicos. Este hecho vulnera los derechos de privacidad y libertad de expresión, pues la información confidencial que compartimos en la red es almacenada. A pesar de haber navegadores y sistemas operativos que aplican un fuerte sistema de seguridad y protección, nuestros datos son recogidos de forma inevitable.
Por otra parte, los sistemas de verificación biométrica, consistentes en tecnologías de reconocimiento facial e identificación por voz, son utilizados para acceder a dispositivos y aplicaciones. Estos sistemas podrían llegar a incrementar las suplantaciones de identidad en gran medida.
La recopilación de nuestra actividad en Internet puede crear un perfil perfectamente detallado sobre nuestra vida y nuestra personalidad. Pueden llegar a conocer nuestras amistades, familiares, nuestro estado de salud, nuestra ideología política y religiosa… Todo lo que sabemos sobre nosotros mismos, también lo saben “ellos”.
La inteligencia artificial (IA) juega un papel fundamental en el desarrollo de smart cities. Éstas se conocen como ciudades inteligentes porque incorporan Tecnologías de la información y la Comunicación (TIC) para mejorar los servicios que reciben los ciudadanos. Y, a la vez, para conseguir una mayor eficiencia energética en las áreas urbanas.
Aplicar la inteligencia artificial en las ciudades, significa evaluar las necesidades del ciudadano con la intención de mejorar la gestión y potenciar la optimización de recursos.
Hoy en nuestro blog vemos cuál es la incidencia de esta tecnología sobre la consecución de urbes más eficientes.
La inteligencia artificial aplicada en el entorno urbano
Cuando hablamos de inteligencia artificial nos referimos a la tecnología que simula las características asociadas a la inteligencia humana. Es la tecnología que emula acciones como: reconocer palabras, imágenes y lenguajes, extraer conocimiento a través de los datos o tomar decisiones igual que lo hacemos las personas.
Si aplicamos la inteligencia computacional en el ámbito urbano, obtenemos una mejor administración de los recursos en distintos ámbitos. Con los datos que, el Internet de las Cosas (IoT) proporciona, la IA prevé, por ejemplo, áreas conflictivas. O, también, mejora la seguridad pública gracias a la toma de medidas durante situaciones de emergencia. Asimismo, la inteligencia artificial es efectiva para obtener datos de tráfico en tiempo real. Una información muy útil para descongestionar zonas determinadas y facilitar la movilidad a los ciudadanos.
Inteligencia computacional y eficiencia energética
Las ciudades actuales son consumidoras de una gran cantidad de energía. Para mejorar esta realidad, las urbes más eficientes se abastecen de tecnologías de almacenamiento en todas las etapas de distribución energética. Gracias a la inteligencia exhibida por las máquinas, los datos que se extraen acerca del uso de energía, se utilizan para mejorar su gestión.
A continuación, te explicamos algunos de los beneficios de la iA sobre la eficiencia energética:
La inteligencia artificial ayuda a identificar comportamientos de consumo y a corregir malas costumbres por parte de la ciudadanía.
Se trata de una tecnología que monitoriza el consumo de energía para predecir cortes accidentales de sumistro y poder prevenirlos.
Las empresas reducen su consumo de electricidad y, esto, también es una ventaja que beneficia a las ciudades en general. Compañías como Google ya se han sumado al compromiso energético. Gracias a algoritmos de aprendizaje automático, reducen entre un 15% y un 40% de energía.
Gracias a la IA, el transporte público puede aumentar la seguridad y la eficiencia de las redes en autobuses, tranvías, metros….
La investigación de mercados desde el punto de vista del Big Data Marketing
Los factores claves de éxito en la gestión comercial de las organizaciones es la obtención, el análisis de la información y la investigación de mercados. Y en los últimos años, se ha añadido el uso de grandes volúmenes de datos.
Actualmente existe una enorme cantidad de información procedente de consumidores que navegan por internet. Es público que navega y que nos dejan información sobre quién son, cuáles son sus intereses y preferencias, con quiénes se relacionan o dónde compran. Toda esta información necesita de una gran base de dados, como es el Big Data.
En la mayoría de ocasiones las redes sociales son el origen del Big Data Marketing. Y el problema no es de escasez de información, sino de exceso. De ahí que lo relevante sea focalizar los esfuerzos en datos esenciales para los objetivos del negocio.
Las nuevas tecnologías desempeñan un rol crucial en el Big Data Marketing para interpretar datos. Permiten una segmentación fiable y barata, al alcance de cualquier organización de tamaño medio. En el ámbito de la publicidad, un uso posible de Big Data consiste en establecer asociaciones semánticas entre las palabras, de forma que los responsables de marketing puedan conocer cuáles están utilizando sus posibles clientes.
Hay que implementar una interacción entre el cliente y la empresa para saber qué métricas utilizar. Los canales abiertos de colaboración entre departamentos requieren no solamente adquirir la infraestructura para compartir información sino también diseñar políticas e indicadores adecuados para que fluya entre sí. Las experiencias o historiales de compra de los consumidores pueden ser un gran modelo.
El éxito de las organizaciones depende de entender mejor a los clientes, dar buenos servicios comerciales y fundamentar la ventaja competitiva en los mercados.
Cada vez hay más demanda en profesionales y expertos del Big Data, es un puesto muy demandado que las empresas tienen en cuenta, ya que este especialista optimiza los recursos de la empresa y logra sus metas.
En Select Business School te ofrecemos estas dos opciones para adentrarse en el mundo del Big Data:
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