En sus orígenes, el escaparatismo nació como una forma de decoración. Actualmente, diseñar un buen escaparate equivale a una estrategia de captación de clientes de lo más efectiva.
Pero, ¿cuáles son los elementos decorativos más persuasivos? y, ¿cuáles son las claves del diseño de escaparates en la actualidad? Para adquirir estos conocimientos lo más indicado es formarse con un Curso de Diseño de Escaparates y Visual Merchandising. Aunque, si quieres empezar a familiarizarte con esta actividad, hoy te damos algunas claves para que construyas el escaparate perfecto y tengas la mejor carta de presentación. ¿Nos acompañas?
Índice de contenidos
6 tips para un buen escaparatismo
La creatividad y la imaginación pueden desarrollar espacios que atraigan y sorprendan al consumidor. Hasta el punto de que, en muchos casos, esta “técnica de seducción” invita a entrar al establecimiento y multiplica las posibilidades de compra.
Sin embargo, teniendo en cuenta la masiva competencia y la continua innovación, montar un buen escaparate que destaque sobre los demás no es tan sencillo como parece. Para facilitarte la tarea, te damos seis reglas básicas de diseño de cualquier tipo de escaparatismo. ¡Anótalas!
Monta un escaparate creativo
Una de las bases de un buen visual merchandising es la creatividad. Piensa que, a veces, el usuario, camina de pasada por delante de un comercio. Si quieres que se pare y que sienta ganas de entrar a la tienda, deberás llamar su atención, ofrecerle algo diferente y original. Idear una historia o montar una escenografía puede impactar o, incluso emocionar al cliente.
Utiliza la iluminación óptima
La iluminación juega un papel fundamental. Y es que, aunque tengas el diseño ideal, si la luz no es de calidad o la más idónea para ese espacio, tu escaparate no tendrá el visto bueno. Así que, utiliza la luz, ya sea cálida o fría, según el efecto que quieras conseguir y aprovéchala para enfatizar o difuminar diferentes artículos y elementos.
Para determinar la cantidad de luz que necesitas deberás tener en cuenta dos aspectos: la luz exterior y los colores que predominan en el escaparate, ya que los oscuros absorben la luz, mientras que los más claros la proyectan.
Cuenta una historia
Contar una historia siempre es más llamativo que un simple mensaje.
Apuesta por crear un hilo argumental que capte la atención del cliente y le genere diferentes sensaciones. Si fomentas su curiosidad y apelas a sus emociones tendrás mucho ganado.
Cuida el orden y la limpieza
Parece un aspecto obvio, pero no olvides cuidar el orden y mantener una buena higiene del establecimiento (cristales, estanterías, lámparas, maniquíes…), tanto de su exterior como del interior.
Asimismo, procura una buena organización de los productos y no recargues el espacio. ¡Menos siempre es más!
Adáptate a la temporalidad
Y, por último – y no menos importante – ya sabes que la actividad comercial va acorde a cada temporada. Periodos como la Navidad, las rebajas o épocas como el verano incitan más a la compra. Así pues, adapta el escaparatismo a cada época del año y sácale partido a la venta.
Además, fuera de estas fechas clave, te recomendamos que cambies el escaparate cada tres o cuatro semanas para no recaer en la monotonía, atraer a nuevos clientes y mostrar las últimas novedades.